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Especialidad en Fisioterapia Ginecológica, Uroginecológica y Obstétrica

Fisioterapia Ginecológica 

La fisioterapia obstétrica o ginecológica es una disciplina terapéutica que posibilita evaluar e intentar disfunciones del suelo pélvico y de la esfera sexual que acompañan a la dama en el postparto y la menopausia, y al hombre luego de la cirugía de próstata. En medio de las instrucciones que con más frecuencia llegan a la consulta del fisioterapeuta especialista en suelo pélvico se hallan: la incontinencia urinaria y/o fecal, el bajón de órganos (prolapso), el dolor perineal, el estreñimiento terminal, y las disfunciones sexuales (dispareunia, vaginismo, disfunción eréctil). De igual manera, a lo largo del embarazo y tras el parto (también si el origen se crea por cesárea) se debe ocuparse del suelo pélvico a partir de la fisioterapia obstétrica y uroginecológica, finalmente, una forma bastante más de nombrar a la fisioterapia del suelo pélvico.

Técnicas de la fisioterapia ginecológica u obstétrica

A partir de la perspectiva del procedimiento, hay distintas técnicas para ejercer a las diversas disfunciones. De esta forma, hablamos de técnicas manuales, técnicas comportamentales, electroterapia, masaje perineal y cinesiterapia, un grupo de herramientas que, mayormente, no muestran efectos adversos y conforman un procedimiento conservador. A partir de la perspectiva de la prevención, es importante rememorar a la población que no es elemental la realidad de una enfermedad previa, de consecuencias del embarazo y del parto, de cirugías abdominales o pélvicas para laborar nuestro suelo pélvico y nuestra cincha abdominal. La fisioterapia del suelo pélvico tiene una fundamental tarea preventiva para evadir la aparición de disfunciones pelviperineales en el futuro. 

Además, la fisioterapia ginecológica u obstétrica se ocupa de impulsar la salud de la dama previamente, a lo largo de y a partir del embarazo, para ayudarla a ajustarse a todos los cambios que ocurren a lo largo de hablado lapso de forma de minimizar al mínimo las tensiones de la maternidad.

A lo largo de cada una de estas etapas, el fisioterapeuta te enseñará cómo hacer tus ocupaciones de la vida cotidiana para que puedas conservar y/o mejorar tu forma física, además de enseñarte varios ejercicios dirigidos al suelo pélvico, entre otras cosas.

Se llama Suelo Pélvico a la musculatura delegada de mantener las vísceras, así como de conservar los esfínteres cerrados para eludir fugas de orina, gases o heces.   En la vida de la mujer, hay varios instantes de su historia que tienen la posibilidad de afectar en su estado, como son el embarazo, el parto, deportes de efecto, menopausia... Por esto es fundamental conservar una tonicidad óptima de la musculatura abdomino-pélvica.   

Disfunciones que tratan los fisioterapeutas ginecológicos: 

  • Incontinencia urinaria.
  • Incontinencia fecal y/o gases.
  • Estreñimiento distal.
  • Prolapsos.
  • Disfunciones sexuales.
  • Etcétera.

Fisioterapia en ginecología: valoración abdomino-pélvica en la mujer

Cada vez es más recurrente escuchar dialogar de la fisioterapia del suelo pélvico, uroginecológica u obstétrica, valorando y procurando en ella enfermedades ordinarias, empero que a lo largo de un largo tiempo fueron asunto tabú o no se trataron de la forma idónea: dolor en las interrelaciones coitales, pérdidas de orina, diastasis abdominal, bajón del útero, dolor pélvico y/o lumbar, marcas postparto, etc.

En este post vamos a rememorar de forma bastante breve (debido a que para dialogar en hondura de la anatomía y fisiología de la pelvis se necesita un libro entero) ciertos puntos de la anatomía pélvica y ver cómo apreciar varias de estas disfunciones por medio de anamnesis y exámenes de investigación física.

 El área de la pelvis, como entendemos, es la que más diferencias tiene entre hombres y damas. En la dama hay peligros de prolapsos (caída de órganos) debido a que dichos se hallan sujetos “en la nada”. Anatómicamente, a los 30 o 35 años, cada una de las damas poseemos un prolapso de vejiga y de uretra si no realizamos ejercicios para evitarlo, o en otros términos más incrementados si hemos tenido componentes de peligro (deportes de élite de efecto, alta ejecución de abdominales tradicionales (flexión de tronco), partos, etcétera.).

En entrenamiento y en fisioterapia, es fundamental laborar el diafragma pélvico y torácico como una unidad, debido a que, si trabajamos el diafragma torácico en bajón y el suelo pélvico lógicamente en ascenso, “aplastan” los órganos que se hallan entre ellos. Es fundamental laborar el diafragma torácico en ascensión.

La historia clínica y el test físico son imprescindibles. La anamnesis posibilita identificar probables componentes desencadenantes o hábitos predisponentes. En la situación de pérdidas de orina, formularios como el ICIQ-IU SF da suficiente información, además de un diario miccional.

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